España posee una extensa línea costera que alberga una biodiversidad marina notable. Desde el Mediterráneo hasta el Atlántico, los ecosistemas marinos son hogar de una gran variedad de especies, algunas únicas de estas aguas. La conservación de estos espacios es fundamental para mantener el equilibrio ecológico y garantizar la pesca sostenible y la calidad ambiental.
Los arrecifes, praderas de posidonia y fondos rocosos proporcionan refugio a peces, crustáceos y moluscos. Estos ecosistemas funcionan como zonas de reproducción y alimentación, esenciales para mantener poblaciones saludables. La pérdida o degradación de estos hábitats puede provocar disminuciones en especies comerciales y alterar la cadena alimentaria marina.
Otro aspecto importante es la influencia del ser humano en los mares. La contaminación por plásticos, vertidos industriales y el turismo masivo afecta gravemente a la fauna y flora. Proteger los océanos implica reducir residuos, implementar prácticas de pesca responsable y promover la educación ambiental sobre la importancia de mantener estos espacios limpios y saludables.