La televisión ha experimentado una transformación radical desde la llegada de las plataformas de streaming. En pocos años, servicios como Netflix, HBO Max, Disney+ o Prime Video han redefinido la manera en que se producen, distribuyen y consumen los contenidos audiovisuales. España no ha sido ajena a este cambio, y hoy cuenta con una industria televisiva más dinámica y diversa que nunca.
Uno de los factores más notables es la libertad creativa que ofrecen estas plataformas. A diferencia de la televisión tradicional, donde los formatos y horarios eran estrictos, las producciones en streaming pueden explorar temas más arriesgados, estructuras narrativas complejas y personajes con mayor profundidad. Series como Patria o Antidisturbios son un claro ejemplo de cómo los creadores españoles aprovechan este espacio para desarrollar historias con un sello propio.
El modelo de distribución también ha cambiado por completo. Los espectadores ya no dependen de un horario fijo; pueden ver los capítulos a su ritmo, lo que ha popularizado el fenómeno del “maratón de series”. Esta libertad ha modificado la relación entre público y contenido, generando una conexión más personal e inmediata con las producciones.