La pandemia de 2020 marcó un antes y un después en la forma en que las personas disfrutan del cine. Durante meses, las salas permanecieron cerradas y muchos se acostumbraron a ver estrenos desde casa. Sin embargo, a pesar de los cambios, el deseo de volver a vivir la experiencia cinematográfica en pantalla grande no ha desaparecido.
Los cines han tenido que reinventarse. Se han incorporado medidas de seguridad, sistemas de reserva online y nuevas formas de interacción con el público. Muchos complejos ofrecen ahora butacas más cómodas, menús personalizados y proyecciones temáticas para atraer a diferentes tipos de espectadores.
Una de las transformaciones más notables ha sido la convivencia entre estrenos en sala y lanzamientos en plataformas digitales. Algunos estudios optan por estrenos simultáneos, mientras que otros prefieren reservar las grandes producciones para el formato tradicional. Este equilibrio ha generado debates sobre el valor de la experiencia cinematográfica frente a la comodidad del streaming.