La alimentación saludable no tiene por qué ser aburrida ni limitada. Incorporar ingredientes frescos, naturales y variados permite preparar recetas deliciosas que aporten bienestar sin sacrificar el sabor. La clave está en elegir productos de calidad, combinar texturas y experimentar con especias y hierbas aromáticas.
Una estrategia útil es incluir una amplia variedad de verduras y frutas en cada comida. Pueden cocinarse al vapor, al horno o en salteados rápidos, conservando así su color, textura y propiedades. Mezclar diferentes tipos de vegetales no solo aporta sabor, sino también vitaminas, minerales y fibra, esenciales para una dieta equilibrada.
Los cereales integrales y las legumbres son otro componente fundamental. La quinoa, el arroz integral, los garbanzos o las lentejas aportan energía de forma sostenida y combinan muy bien con verduras, carnes magras o pescado. Preparar guisos, ensaladas templadas o bowls completos es una forma sencilla de incorporarlos en la dieta diaria.